El amor que merezco.

Un pensamiento recurrente de los domingos.

¿Será que busco un amor que ya no existe?
Esa pregunta ronda por mi cabeza día y noche… más en las noches, más los domingos.

A veces me pregunto si estoy hecha para el amor o solo para soñarlo.
No porque no crea en él, sino porque cada vez parece más lejano… más extraño.

Me pregunto si el amor que tanto deseo ya no existe. Si lo idealicé demasiado por leer historias de romance, ver películas románticas o por culpa de los k-dramas. Sé que el amor perfecto no existe, y no es eso lo que busco. Solo quiero un amor sincero, que se quede. Que me elija.

No quiero ser una opción. Porque en el momento en que mis ojos se posan en alguien, en que mis latidos empiezan a llevar su nombre para mí no existe nadie más. No estoy pidiendo algo imposible. Busco algo que sé que puedo ofrecer.
Cuando hablas sobre lo que esperas de un amor, suelen preguntarte: ¿Y tú darías eso también?
Por supuesto. Si no fuera así, no lo estaría buscando.
Busco lo que estoy dispuesta a dar.

Y en el fondo, sé que ese amor si existe, porque yo existo. Y es imposible que sea la única persona en el mundo que sepa amar con tanta intensidad. Sé que allá afuera hay muchas personas como yo. Sé que muchos anhelan lo mismo: un amor real, profundo, que se quede.

A veces me pregunto: si hay tantas personas así, ¿por qué cuesta tanto encontrarse?
Llega a ser irónico. Claramente hay gente que ama como yo, que piensa como yo.
Entonces, ¿por qué no coincidimos? ¿Por qué siempre terminamos conociendo a personas que quieren lo contrario?

Parece que Cupido aún no comprende que debe flechar a las dos personas y no solo a una. O tal vez irónicamente tiene mala puntería.

No lo sé. No sé por qué terminamos atrayendo justo lo que no buscamos.

No creo que debas tener tu vida resuelta para merecer amor. No creo que debas ser perfecto, ni tener todo en orden, ni rebosar felicidad para que alguien te elija.
Yo no exigiría eso. Porque la vida no es lineal, hay altos y bajos. Puede que hoy estemos bien, tocando la felicidad con la punta de los dedos y al día siguiente hayamos perdido por completo el rumbo de nuestra vida.
Así es la vida.

Para mí el amor es ese lugar donde puedes ser vulnerable, donde puedes llorar, puedes romperte y ser consiente de que hay alguien ahí que estará contigo, que no te dejara sola. Para mí el amor no es perfección, es imperfecto, con errores, con días difíciles y días buenos.

Y no, no estoy desesperada por amar. No, no es que no sepa estar sola. La realidad es que lo sé... a la perfección.

A veces pienso que lo que no se es estar con alguien. He estado toma mi vida sola, aprendí a convivir conmigo, a amar mi compañía. A ser mi único refugio.
Y me gusta, amo mi soledad.
Amo pasar días en mi habitación leyendo algún libro, amo ver películas o series sola mientras como algo o lloro por la historia, me encanta escuchar musica mirando al techo, me encanta estar sola.

Entonces no, no es que no sepa estar sola. Simplemente a veces creo que sería lindo tener compañía.

Poder darle todo este amor que guardo a alguien.
Escribirle miles de cartas, poemas y canciones tontas. Encontrar inspiración en su existencia. Que se convierta en mi cielo —porque amo el cielo, y me gusta tomarle fotos—. Quisiera poder llenar a alguien de detalles. Demostrarle que el amor no tiene que ser superficial. Que puede ser real. Que puede cuidar, sostener, guiar.

Quiero amar con calma, tal vez puede que incluso no sepa amar, pero aprenderé.
Y hacerlo de la mano de alguien que me ame de la misma manera debe ser de lo más hermoso.
Aprenderme cómo es que le gusta el café —si es que le gusta el café—, grabarme todos esos detalles que los demás pasan por alto.

Quiero ser hogar, calma y abrazo.

A veces, cuando leo en silencio en mi habitación, pienso que sería lindo tener a alguien a quien pueda comentarle lo que sucede en mis libros y que me escuche, sin que le parezca aburrido.
Mientras veo el cielo, pienso en cómo sería que alguien estuviera a mi lado buscando formas en las nubes.
No para llenar un vacío, sino porque sería bonito tener a alguien para compartir lo que a mí me hace feliz.

No necesito un amor que me rescate, ni que me complete.
Solo quiero alguien con quien compartir el silencio, las risas tontas, las cicatrices y los días en los que nada tiene sentido.
Un amor que se quede.
Uno que elija quedarse.

Porque al final, no se trata de encontrar a alguien perfecto, sino de encontrar a alguien imperfecto que decida quedarse, que quiera construir un lugar donde el amor no se canse ni se rinda.